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EVALUAR PARA APRENDER

 

La necesidad de plantear la evaluación de las competencias básicas es una interesante oportunidad para revisar y replantear aspectos clave de nuestra tarea educativa. Os invitamos a reflexionar sobre esta cuestión y a ensayar nuevas formas de evaluación.

 

¿qué evaluación proponemos?

Des de El Telar de Música os hemos propuesto una manera de trabajar desde el aula de música, y ahora también os queremos proponer una manera de evaluar, basada en los siguientes principios que se desprenden de la perspectiva de evaluar para aprender y de las aportaciones de la educación inclusiva:

  1. El alumnado debe ser el protagonista de la evaluación: debe sentir como suyo el proceso de aprendizaje, tomar conciencia de este e intervenir en él con autonomía.
  2. La evaluación debe tener una doble dimensión: reguladora (orientada a identificar y superar las dificultades en el proceso de aprendizaje, tanto por parte del docente -evaluación formativa-, como por parte del alumnado -evaluación formadora-) y valorativa (debe permitir valorar los resultados del proceso de enseñanza-aprendizaje).
  3. La evaluación (como la programación) debe ser diversificada, atendiendo a las necesidades y características de todo el alumnado y teniendo en cuenta las inteligencias múltiples, proporcionando múltiples opciones para reflexionar sobre el propio proceso de aprendizaje y para valorar los resultados.

 

NEUS SANMARTÍ: 10 IDEAS CLAVE. EVALUAR PARA APRENDER (RESUMEN)

 

¿QUÉ SIGNIFICA EVALUAR PARA APRENDER?

La finalidad de la evaluación no debería ser en ningún caso sancionar los conocimientos adquiridos,sino que debemos contemplarla como una parte del mismo proceso educativo. La Evaluación para Aprender es un tipo de evaluación formadora, que se focaliza en la distancia entre el punto de partida del estudiante y el punto de llegada deseado. Se basa en la idea de que, para que los aprendizajes sean más efectivos, los estudiantes tienen que:

  • Entender claramento lo que se espera que aprendan.
  • Recibir un feedbak en relación con la calidad esperada de su trabajo y cómo mejorarlo.
  • Involucrarse en las tareas escoalres, tomar decisiones de los pasos a seguir, ser conscientes de sus errores y saber autoregularse.

Existen diversas dinámicas e instrumentos para conseguir estos objetivos:

  • Compartir objetivos: deben formularse unos objetivos explícitos, que hay que compartir con los niños y niñas para orientarles en relación a la finalidad de la tarea.
  • Autoevaluación y coevaluación: la evaluación no es sólo tarea del docente; es fundamental que los niños y niñas puedan participar activamente en el proceso de evaluación y tomar conciencia de sus aprendizajes, sus dificultades y errores.
  • Rúbricas de evaluación: las rúbricas son matrices que explicitan los criterios de realización de una actividad y competencia y los criterios de resultados correspondientes a diferentes niveles de consecución. Los niveles de consecución pueden asociarse (o no) a las notas tradicionales. Las rúbricas de evaluación con claramente compatibles con la autoevaluación y la coevaluación.
  • Otras herramientas para este tipo de evaluación son las carpetas de aprendizaje (en las que se recojen las distintas actividades realizadas a lo largo de un tema), bases de orientación (llamadas también "guías de navegación" o "cartas de estudio"), diario del aula / diario del aluno (para favorecer la evaluación-regulación).

 

 

HERRAMIENTAS PARA LA EVALUACIÓN

 

En este apartado queremos ofreceros algunos modelos de herramientas para la evaluación. Tened en cuenta que, del mismo modo que en las propuestas didácticas o en las programaciones que os ofrecemos, no hay recetas mágicas, ni una sola manera correcta de hacer las cosas. Por tanto, os animamos a crear vuestras propias herramientas de evaluación, que serán siempre las que mejor se ajustarán a cada realidad.

 

La evaluación como actividad educativa

Desde el primer momento es fundamental incorporar la evaluación dentro de la unidad didáctica, como una parte más del proceso de aprendizaje. Por tant, es necesario que tengamos en cuenta la evaluación desde el primer momento de la programación del curso. No se trata de buscar actividades que nos permitan evaluar lo que hemos trabajado en clase (cuando ya hayamos acabado), sino de incorporar actividades que nos permitan recojer evidencias de los aprendizajes que hacemos durante el mismo proceso de aprendizaje.

La primera herramienta de la que dispondremos, por tanto, es la programación. En la nueva plantilla de programación de El Telar de Música (como en los modelos trimestrales y anuales), veréis que hemos incorporado un espacio para programar la evaluación de cada unidad, desde el primer momento. En cada caso os proponemos tener en cuenta:

  • ¿Qué evaluamos? - !No podemos evaluarlo siempre todo! Tenemos que decidir, en cada unidad didáctica, de entre todos los aspectos que podemos trabajar, cuáles son los que priorizamos y, por tanto, evaluaremos. Es importante que al finalizar la programación nos aseguremos de que no nos hemos olvidado de evaluar ningún aspecto.
  • ¿Quién evalúa? - ¿Es necesario que lo evaluemos todo nosotros? ¿Podemos incorporar la autoevaluación o la coevaluación? Son decisiones que también debemos tomar en el momento de la programación.
  • ¿Cómo evaluamos? - Cuando hemos decidio qué queremos evaluar y quién lo hará, tenemes que decidir (y diseñar) las herramientas de evaluación que utilizaremos: ¿anotaré las observaciones en el aula para poner nota? ¿Pasaré un cuestionario? ¿Haremos un corro al final? ¿Lo gravaré para mirarlo después? ¿Revisaré las carpetas de aprendizaje?.... Las opciones son múltiples, pero debemos tener claro por cuales optamos. También será interesante que a lo largo del curso utilicemos múltiples herramientas: la diversificación en la evaluación garantizará que ésta sea más inclusiva.
  • ¿Cuando evaluamos? - También debemos definir en qué momento de la secuencia didáctica incorporaremos estas herramientas, porque no se trata de utilizarlas fuera de la actividad (antes o después), sino de integrarlas en la propuesta didáctica de la forma más natural posible.

 

EL ALUMNO COMO PROTAGONISTA DE LA EVALUACIÓN

Si queremos convertir al alumno en el protagonista real de su proceso educativo, ambién debe serlo de la evaluación. Por tanto, desde el primer momento debemos estimular su autonomía y su responsabilidad. Para hacerlo podemos utilizar varias herramientas:

AUTOAVELUACIÓN Y COEVALUACIÓN

Para garantizar una evaluación formadora y grafiticante, es necesario que cada niño tome conciencia de sus dificultades, par poderlas superar, y de como se desarrolla su proceso de aprendizaje, para poder disfrutar de sus avances. Por tanto, es necesario que pueda autoevaluarse. Podemos disponer de diversas opciones:

  • Cuestionarios de autoevaluación: permiten al alumno tomar conciencia de sus dificultades y sus progresos. Puede utilizarse en cualquier actividad y nos permitirá valorar el proceso de aprendizaje y desarrollar las competencias básicas transversales de aprender a aprender y de autonomía personal. Os ofrecemos un modelo: 
Modelo de cuestionario de autoevaluación

  • Cuestionarios de coevaluación: son complementarios a los anteriores. Pueden ser de distinto tipo: uno a uno (cada alumno evalúa a un compañero), en parejas (se evalúan uno a uno de forma recíproca), grupal (todo el grupo evalúa a todos los compañeros)... El objetivo es que los otros nos ayuden a identificar puntos fuertes y puntos débiles y opciones de mejora.
Modelo de cuestionario de coevaluación

  • Corro: podemos hacer la misma tarea de forma oral, en un corro. Este formato encaja mucho con las actividades de música y puede ser más adecuado para niños que tengan alguna dificultad con la expresión escrita y nos permite desarrollar las competencias relacionadas con la atención, el respeto, la argumentación... No es necesario hacerlo siempre entero (que todo el mundo hable), pero puede ser una buena actividad de cierre que nos permite dar la voz al grupo de forma habitual.

Por supuesto, en todas estas actividades podemos incorporar otros objetivos y dar la voz a los niños y niñas para que valoren no sólo su proceso de aprendizaje sino también el funcionamiento de las actividades, nuestra tarea como docentes, el funcionamiento del grupo...

LA CARPETA DE APRENDIZAJE (PORTAFOLIO)

La carpeta de aprendizaje es un recurso que supone un paso más en la implicación del alumno en su proceso de aprendizaje. Cada alumno dispone de su propia carpeta (puede ser virtual o física) en la que se incorporan las actividades que hace (incluso las de evaluación). Por supuesto, en un primer momento los alumnos requrirán más apoyo para organizar y hacer el mantenimiento de la carpeta (tanto en primaria como en secundaria), pero a medida que vayan trabajando en ella, pueden ir adquiriendo autonomía.

La revisión de la carpeta de aprendizaje es una muy buena herramienta, tanto para los docentes como para los alumnos, a la hora de decidir la nota.

CONSENSUAR LA NOTA

Si proponemos al alumno que sea protagonista de la evaluación, también es lógico que participe en el momento de poner la nota. En los modelos de cuestionarios de autoevaluación y coevaluación, ya incorporamos la posibilidad de poner una nota, pero es importante que también pueda participar en la decisión de la nota que verá reflejada en el informe.

Cualquiera de las herramientas anteriores puede ser útil para poner la nota final. Pero si disponemos de carpeta de aprendizaje, revisarla conjuntamente es una buena manera de llegar a un consenso. Será necesario haber establecido previamente un consenso sobre los objetivos y los criterios de evaluación.

 

poner en común objetivos de aprendizaje y criterios de evaluación: las rúbricas

Para conseguir los objetivos de una evaluación formadora, es imprescindible que hayamos explicitado y compartido tanto los objetivos de aprendizaje como los criterios de evaluación. La mejor herramienta para hacerlo son las rúbricas de evaluación.

Para la elaboración de una rúbrica, sólo hay que seguir los siguientes pasos:

  1. Establecer los criterios de evaluación de la actividad a desarrollar, vinculados a los objetivos evaluables que hayamos definido.
  2. Definir indicadores del nivel de adquisición para cada criterio. Deben ser fácilmente identificables y tienen que permitirnos identificar los diferentes niveles de adquisición de los objetivos.

Podéis encontrar algunas orientaciones para la realización de rúbricas en los siguientes enlaces: Rúbricas: qué son, cómo se diseñan y herramientas TIC para su elaboración; Proyecto EDIA: 75 rúbricas para primaria, secundaria y bachillerato. También os ofrecemos una entrevista a Ernesto Panadero (professor de la UAM) sobre el uso de rúbricas de evaluación. 

Si entendemos la rúbrica como un instrumento de autoregulación del alumnado, es muy beneficioso que se plantee también como instrumento para la autoevaluación y la coevaluación. Por este motivo, es recomendable crear las rúbricas con los mismos niños y niñas.

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